Andrés Calamaro invitó a Chano de Tan Biónica en el primero de sus tres shows en el Movistar Arena
Casi como una costumbre anual, Andrés Calamaro comenzó a cerrar su año anoche con el primero de los tres shows --repite hoy y el viernes-- que tiene agendados en el Movistar Arena. Esta vez sin ...
Casi como una costumbre anual, Andrés Calamaro comenzó a cerrar su año anoche con el primero de los tres shows --repite hoy y el viernes-- que tiene agendados en el Movistar Arena. Esta vez sin aniversario de discos pasados ni presentación de nuevo material que sirva de excusa, la cuestión pasó por algo tan simple y contundente como la celebración de un repertorio implacable. 23 canciones coreables de principio a fin y la sensación de que la efectividad podría haberse sostenido si la lista se extendía a una docena más. El inicio incluyó entre los primeros cinco temas a “Crímenes perfectos”, “Loco” y “Te quiero igual” sin que asaltara la mínima duda de que la seguidilla de clásicos del cancionero del rock argentino podría sostenerse durante todo el show.
Secundado por siete músicos, Calamaro puso en escena un recital centrado en sus canciones y una ejecución a la vieja usanza. Hasta ese comienzo, con el acorde de guitarra rasgueado al aire para comprobar que todo funcionaba hizo las veces de marco naturalista. Acá no habría más artilugios que un grupo de rock tocando y algunas imágenes en las pantallas como complemento. Nada de pirotecnia ni guion: artista y repertorio. Hasta las citas en medio de los temas aportaron a esa sensación de banda de rock con rodaje y soltura. Fragmentos de “Sir Duke”, de Stevie Wonder, “Smoke On The Water, de Deep Purple --con saludo a Glenn Hughes incluido-- y de “No te enamores nunca de aquel marinero bengalí”, de Los Abuelos de la Nada, se colaron en medio de los temas como homenaje a propios y extraños con la gracia de una banda que no escondió el carácter lúdico del asunto.
“Me pregunto si Messi compra las camisas y los trajes en la misma tienda de ropa que yo”, soltó Calamaro al aire en medio de la noche, como un divague que le vino en plena performance mientras pasaba de la guitarra eléctrica al Fender Rhodes y viceversa. Y antes de que la lista llegue a la mitad, sumó hits de Los Rodríguez en otra tanda de coreables. “Para no olvidar” y “A los ojos”, de la banda que formó con Alejandro Rot en los 90, se acoplaron a “Cuando te conocí” y “Me arde”. Más adelante, la tetralogía de Los Rodríguez se completaría con “Sin documentos” y “Mi enfermedad”.
View this post on InstagramLa segunda mitad fue también el momento de los invitados. Chano y Bambi, de Tan Biónica, sumaron voz y guitarra a “Donde manda marinero”, Facundo Soto (Guasones) hizo lo propio en “El salmón” y Patricio Sardelli en “Paloma”, tal vez la más cantada de la noche y a quien el líder de Airbag no dudó en llamar “La mejor canción del mundo”. “Alta suciedad”, “Tuyo siempre” y “Estadio Azteca” completaron el recorrido antes de los bises, con la banda sonando siempre plena y Calamaro jugando con sus propias melodías hasta el límite de lo reconocible en algunos casos.
View this post on InstagramLuego de más agradecimientos, menciones a Oasis (“Liam Gallagher tiene razón en todo”) un repaso por las ciudades y regiones donde tuvo lugar la gira y la promesa de los próximos reencuentros para cerrar la serie de tres presentaciones, los bises fueron los esperados y casi inamovibles. “Loco” completó el visitado por Alta suciedad, el disco más repasado en la noche, y “Los chicos”, con un enganchado a “De música ligera”, de Soda Stereo, cerraron la faena. De fondo, las pantallas mostraban un montaje con imágenes de Miguel Abuelo, Federico Moura, Ricardo Iorio, Gustavo Cerati, Pappo y Maradona, entre otros, compartiendo un asado imaginario. Sin más artilugios ni despedidas grandilocuentes, Calamaro se sacó la guitarra, saludó a sus músicos y se retiró. Las canciones habían hecho el resto.
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