CHARLA SOBRE LA PREVENCIÓN DEL SUICIDIO REUNIÓ A LA COMUNIDAD DE ALEM

En el marco del Día Mundial de la Prevención del Suicidio, se realizó en Leandro N. Alem una jornada de reflexión y concientización que superó todas las expectativas de convocatoria. La actividad, organizada con el acompañamiento del área de Bienestar y Salud, reunió a una gran diversidad de actores sociales: bomberos, docentes, policías, personal de salud, estudiantes y comunidad en general, quienes se acercaron con el compromiso de informarse y aportar desde sus propios espacios.

La jornada tuvo como objetivo central visibilizar, concientizar y prevenir sobre el suicidio, una problemática compleja que afecta a nivel mundial y que atraviesa todas las edades, géneros y sectores sociales.

Una participación que sorprende y motiva

La licenciada Lorena Carballo, una de las referentes que estuvo al frente de la charla, valoró profundamente la apertura de la comunidad:

> “La verdad es que la convocatoria superó nuestras expectativas y eso nos da esperanza. La idea es que podamos formar redes, que cada uno desde su lugar pueda aportar un granito de arena. Hoy vimos un público diverso, con personas que vinieron desde su rol, y eso nos muestra que la comunidad elige implicarse, informarse y saber más sobre esta problemática que a veces es tan difícil poner en palabras”.

Por su parte, la doctora Gabriela Fernández Villana remarcó que este tipo de espacios son necesarios para instalar el tema en la agenda pública:

> “Hablar de suicidio sigue siendo un desafío, pero es el primer paso para prevenir. El silencio solo genera más dolor. Espacios como este nos ayudan a entender que la prevención es posible y que como sociedad tenemos que asumir un compromiso activo”.

Testimonios que conmueven

La jornada no se limitó a los aportes teóricos. También hubo espacio para los testimonios en primera persona, que permitieron acercar la problemática desde una dimensión profundamente humana.

Entre ellos se destacó la participación de un paciente que atravesó un proceso de tristeza profunda, ideación suicida e intentos de quitarse la vida, y que logró salir adelante con acompañamiento. Su relato fue un claro ejemplo de que es posible encontrar salidas y apoyo en momentos críticos.

También estuvo presente el grupo Creaciones Rotos, que trabaja con personas en duelo cuando ya se produjo el pasaje al acto. Su aporte fue fundamental para reflexionar sobre la importancia de generar redes de contención en los momentos posteriores a un suicidio, brindando escucha y espacios de acompañamiento.

El rol de la comunidad

La diversidad de participantes fue uno de los aspectos más destacados de la jornada. Desde fuerzas de seguridad hasta docentes y personal sanitario, pasando por estudiantes y familias, todos coincidieron en que la prevención del suicidio requiere un trabajo colectivo, donde cada sector pueda aportar herramientas y acompañamiento desde su ámbito de acción.

La licenciada Carballo insistió en que “cada uno puede hacer algo, aunque sea pequeño, para que otra persona se sienta acompañada. La prevención empieza en la escucha y en la empatía”.

Hacia una red de cuidado

La jornada cerró con un fuerte mensaje de esperanza: la construcción de redes comunitarias es clave para enfrentar el suicidio, entendiendo que se trata de una problemática de salud pública que necesita compromiso y participación.

La amplia concurrencia demostró que la sociedad está dispuesta a involucrarse y a dar pasos concretos hacia la prevención. El desafío, como remarcaron las especialistas, es sostener en el tiempo estos espacios de diálogo, formación y acompañamiento.